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Juan Principal contribuyente de vocablo.es, Juan estudió periodismo un día, lo que le descalificó automáticamente para trabajar como tal. Dispuesto a no malgastar semejante inversión escribe ahora por su cuenta y riesgo. Palabras, palabros, juego de vocablos...

Shemá Carabanchel

Shemá Carabanchel

Baja del monte sagrado Moisés con la ley en las manos. Se ha ausentado por largo tiempo, las tribus andan revueltas frente a ídolos de oro y barro. Algunas ya se han marchado y otras se lo están pensando. Pronto han olvidado al dios que rompió los grilletes y les sacó de Egipto, así como al hombre que ahora vuelve, cuyo rostro resplandece, con el Señor ha conversado. Descubre el patriarca que Aarón, su hermano, le ha traicionado y ha fundido oro para dar forma al becerro pagano que el pueblo adora ya como al dios de Abrahán. Del camino se han apartado, sentencia Yahveh, y ahora han de rendir cuentas y pagar por sus pecados. Moisés enfurece pero también se compadece y sacrifica por su gente la tierra prometida. Él no la verá con ojos de mortal, pero será recordado, venerado como salvador del pueblo desde entonces, hasta la eternidad.

Mesiánico el regreso del pastor Iglesias, con un gemelo en cada brazo, su rostro terso y relajado tras el largo descanso. El partido ha encontrado a su vuelta desmembrado y confuso, buscando otros becerros a los que seguir. Ya no se acuerdan del líder que les hizo despertar del letargo, que sacudió su marasmo y les hizo levantarse y triunfar. Errejón, su hermano, amigo y compañero se ha marchado, le ha dado la espalda el ingrato y una puñalada en el cartílago costal. Pero Pablo se apiada de ellos, y de ellas en especial. Suspira antes de hablar, el mundo entero escucha y ha de saber que todo lo da por el clan. El mensaje es claro, pueblo querido: Ha vuelto Él a salvar a la mujer.

No me cabe duda de la megalomanía del líder supremo de Podemos y no me sorprendería, pese a su agnosticismo declarado, que su percepción del evento -su esperado regreso- lindara con lo bíblico. La realidad es otra, claro, más próxima a la caricatura que a lo sagrado, pero si tiene que haber algo de la Escritura, propongo: No hay más ciego que el que no quiere ver.

Tan bochornoso ha sido el cartel de Podemos que ya lo han retirado, y ahora como siempre sus portavozas nos intentan marear con excusas de mal pagador. Es lo que pasa cuando no hay programa, ideas ni preparación, que todo son numeritos y espectáculo, cortinas de humo para distraer la atención del personal.

Lo cierto es que Iglesias no ha respetado ni la baja por paternidad, tanto confía en la pericia y buen hacer de su “compañera” Irene Montero que en cuanto ha visto un nubarrón, ha dejado palacio para tomar el timón y evitar el naufragio. El barco hace aguas, eso es cierto, y la asustada tripulación -las ratas ya han saltado- espera que el capitán reaparezca en cubierta, a ser posible derrochando confianza y convicción. No sabían que al pirata de Galapagar eso le sobra, y se ha pasado. De nuevo ha vuelto a hacer gala de su ideología “cavernaria”, alfa sólo hay uno y es él. ¿Un ejemplo? Cuando volvió la parienta de su baja de maternidad no hubo cartél.

Y yo pienso en esas sabias palabras: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos algún tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” A veces en la caída uno cree que está volando.

Otra cosa que me saca de quicio estos días, no en vano mañana viene el circo a la ciudad, es 8-M. Hay que dejar hablar al sentido común y ponerse en la piel del empresario para entenderlo. Si hubiera tal brecha salarial a favor del hombre, sólo se contratarían mujeres. Que la pela es la pela al fin y al cabo, y el objetivo: hacer negocio.

Imagen cortesía de Podemos