Rap do armas
¡Vienen los de Vox y vienen con pistolas! Y no de bolas… Si ya sabía yo que eran golpistas, con tanto general en las listas es como Alejandro Sanz en la portada de su primer álbum, todo “Magno”, o Miguel Bosé con quince años, uno ya ni lo duda. El blanco heterosexual y, aún peor, cristiano, se va a armar hasta los dientes y saldrá a la calle a disparar a los viandantes que se encuentre, mejor de la otra acera, al negro y al moro Muza que dan puntos extra. Si, además, disparan a caballo se les aplaude por desparpajo, es pá nota: patriota. Eso dicen en La Sexta.
Las sandeces que hay que escuchar de la izquierda más electoral, tomen como ejemplo al aquejado Jota-Jota, que reservó su último fuelle para atacar a su Popeye, el bueno de Abascal, fantasía viril y febril del acomplejado tonelete, por mucho que se opere quedará como un mandril, mandrillus sphinx troquelado de opera bufa y sainete, perfil desdibujado de un botijo acribillado: la vida se le escapa gota a gota. La bilis, no obstante, expulsa como la cría del Exorcista, verde guisante y a raudales, por esa boca de artista de arrabales. Sin credenciales pero echado pa´lante. Todo es humo en realidad, de cara a la galería, vive el pobre consumido por deseos carnales, secretos y hormonales, ¿me creería si le digo que adora al barbado jinete del norte, que ya viene espada en mano a repartir con mandoble y escopeta de cañón recortado? Su delirio sexual, The Walking Death nacional, Abascal y los demás luchando contra el zombi anarco-sindical. Probablemente no, dirán que soy un homófobo recalcitrante y anquilosado, reliquia del pasado, hombre de los de antes. En mi defensa diré que no anda equivocado, que soy bardo y de antaño, de los que visten por los pies y llevan tabardo, con lira y encanto eso sí. Como lo oyen, no engaño.
Lo que quiere Vox es sencillo y fácil de recordar: que se pueda usted defender si le entran a robar. Así es la realidad, la policía a todo no puede estar y hay mucho majadero y majadera que no quiere trabajar, prefiere tomar lo ajeno al pesado madrugar. La ley también quieren cambiar, para que cuchillo y pistola cuenten por igual y tengan en cuenta la edad, que no es lo mismo octogenario que zagal. Saturno devorando hijos no es lo habitual, pero sí se han dado casos de lo contrario, jóvenes violentos ensañándose con ancianos en su hogar. Y encima culpan al vejestorio por disparar, como si el ladrón fuera un pizzero con pedido irregular o un canario protegido por su plumaje especial. Olvidan que a su edad no merece el susto ni pasarlo mal, y que las armas las carga el diablo pero las dispara el mortal. El que aún vive, me refiero, tras la tortura inicial. Que los hay que no sueltan prenda del escondido peculio y se llevan sin querer la del pulpo Tulio Hostilio. Si no saben quién es diré que fruto del infortunio el bastardo nació asimétrico, con trece tentáculos y muy mala leche, una noche de martes, plenilunio y despeche. Se pueden imaginar…
Defenderse es un derecho pero sobrevivir es esencial, más que nada para ejercerlo y porque de poco le sirve al muerto que le llamen cabal. Lo fue en vida, sí, tanto que no quiso un arma y cuando enfrentó al criminal no valieron rectitud ni moral. Dios no lo quiera, hermano, pero si le ocurre algo similar, no sea bobo ni timorato y confíe en Smith & Wesson, como Abascal.
Imagen cortesía de Kyle Johnson en Unsplash