El Bardo del Tabardo
El Bardo del Tabardo Poeta lírico, entiéndase del lirio y la liria, con chaquetón, que no chaquetero, no me confundan con la otra acepción -el fango-, aunque éste sea a veces fuente de inspiración.

Personaje fantasma

Personaje fantasma

Si el natural de Cabra es un cabrón, la de cabra es una… ¡Egabrense, fíjense! Gentilicio acuñado por decoro y contención para evitar la sorna y el chiste fácil como si en España hubiera mala intención. No conocen su país ni al español, grácil en las formas y de generoso corazón. Tierra de ingenio y picardía, le han dado trabajo con el amanuense, que lo copia todo, copia copia que se enfría, porque al zapatero remendón le han prejubilado por bobalicón y el Ulises de los cerdos hace tiempo se exilió. Sin irse del todo, como el ébola en África o la Campos de Univisión. ¿TeleCinco? Bueno, primos hermanos digo yo. Como poco, primos, ¿Qué no?

Dice ahora con elecciones inclusivas a la vuelta de la esquina que no es morena del Congo, señor, pero sí de piel aceituná, que es gitana, así de pronto y yo me mondo, qué escabechina racial… Como la Warren en América y Donald Trump, que la llama Pocahontas por sus altos pómulos de nativo boreal con los que entró en Harvard de calle y sin sudar, tienen allí sitios reservados para nativos y casos de confusa identidad. Un test de ADN resolvió la cuestión: “Elizabeth tiene, dios mediante, sangre Cherokee en las venas” dijo el doctor, un tal Bustamante, vaya tela. Olvidó mencionar que en la misma proporción que tengo yo, un bardo del otro lado del charco de padre caucásico y abuelo español. Aquí no se desconfía de la ministra ratón ni del catalán de Cabra, Pixie o Dixie no sé cuál de los dos… Para que conozcan al pueblo y su nobleza gentil a ella no le hace falta bailar el zorongo, ni el oro de MA colgado al cuello o dinero invertido en acciones mondongo. Ni tampoco robar melones y correr delante de la Guardia Civil. Si gitana dice ser, primo, gitana es.

Tampoco necesita un MBA para ser ministra o virrey del Perú, confiamos en su habilidad como contorsionista y nuestra afición al vermú, y en que los puestos de altura soportan tecnología digital, ¿Qué dice? Se adjudican con el dedo apuntando al amigo o deudor y a sangrar la economía con otro asesor al timón. No hay rueda para tanto consejero, que tenga cuidado el tesorero con garras y bucaneros. Muchas mentiras también, incluso en la curia de Francisco “El Carmesí”, pisando suelo sagrado y entre muros callados de oración y ascetismo, le pudo el frenesí de exhumar al tirano y de su pecho escotado y altivo, que no alzado, surgió una voz que declaró ante la prensa al enemigo feroz del Valle de los Caídos, por fin, vencido. La ley a callar. ¡Bolivariano!

Imagen cortesía de Brooke Cagle en Unsplash