La Vox
Empieza la campaña electoral, oficialmente al menos, y lo hace tal y como corresponde a los tiempos que corren con una política convertida también en reality show, con canciones y cantantes. Los hay que gritan más que cantar, “¡Que viene el lobo!” dicen sus letras. El lobo de la derecha, que es un lobo para el hombre de bien, el de izquierdas se entiende.
Los hay de toda clase, los que dan en el clavo, los que pasan desapercibidos y los cantamañanas. Pienso en Iglesias y en su esperado regreso. Reapareció el líder supremo tras una baja de paternidad con excepciones y lo hizo desdibujado, abotargado, fofo y desaliñado -la caspa es la nueva chaqueta de pana, al parecer-, domeñado por esa vida mejor y sobre todo más cara del acrópolis y sus lujos, se mostró ante sus tribus, que andan en desbandada y no acudieron en masa, flácido y pesado como un globo desinflándose. Cuidar niños y dar órdenes al servicio debe ser agotador… Recordaba la estampa al final de esa obra maestra de la sátira: Rebelión en la Granja, de George Orwell.
Por ser Iglesias miembro de la Orden del Caballero del Espejo y sentirse un servidor de buen humor le otorgaremos el papel de Napoleón, el puerco manchado que lo inició todo, liberó a los suyos y los sacó del Egipto más capitalista. Tras la revolución, no obstante, apenas se distinguía ya cerdo de humano. Parece que Pablo ha seguido el manual al pie de la letra.
Los de Casado, como La Campos, no dejan de sentir nostalgia y tiran del baúl de los recuerdos de Karina con un espíritu zafio y chabacano más propio de la matriarca del televisivo clan que del partido de la gaviota, tal vez no se hayan ido Celia Villalobos y su marido después de todo. Parecen los de El Corte Inglés estos peperos, intentando llegar al pueblo llano con marcas blancas e hipercores. No se dan cuenta en Génova que no basta con despojarse del estilo, hay que bajar los precios también.
De todas formas, el patético vídeo “Un, Vox, Tres” que sacaron para frenar a la formación de Abascal ha tenido corta vida. Vox pasó rápido a la acción y contraatacó con su canción “A Vox Le Pido”, versión libre y de momento anónima del archiconocido tema de Juanes “A Dios Le Pido”, eclipsando los esfuerzos del PP y dejando claro quién iba a ser el rey -o reina en este caso- de la canción.
Al autor, autora o autores, felicito por su ingenio y al partido por echarle bemoles y querer usarla como himno de campaña. Puede que lo impidan los abogados, que el colombiano tiene muchos y como buen legionario de la kultura ya se ha quejado, pero de momento se está escuchando en todas partes. España contesta al colombiano como Pérez-Reverte al mejicano López-Obrador, a golpe de lógica y ratón, que es una cover sin ánimo de lucro al fin y al cabo, una versión con mensaje positivo y animus iocandi, de broma y sin mala intención, y se cuentan por miles las reproducciones.
Albert Rivera cantará con Malú en la ducha si acaso, cambiando la letra una y otra vez no hay quien siga ni el estribillo, y el gobierno en funciones del PSOE sólo sabe una canción, su propia loa, y utiliza toda la orquesta del Estado, desde ese chiste que es el CIS del apesebrado Tezanos hasta la hedionda TVE de la comisaria Mateo, para hacerse eco pero de momento el gato al agua se lo lleva VOX.
Ya se han presentado los aspirantes al concurso de la canción, ahora es el turno del público. Es el momento de votar y expulsar a más de uno de la academia monclovita. Reconozco que Juanes compuso una canción muy pegadiza, no dejo de tararearla. A Vox le pido: Por librarnos de la arpía y el malvado Sanchijuelo…
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