La independencia del parásito
Comienza el reinado de Sanchijuela y, como no podía ser de otro modo, empieza con una chapuza y una traición. Políticos presos, que no presos políticos, en el Congreso, independentistas/golpistas declarados en lo más alto, presidiendo la sesión, un diputado del PNV que nadie esperaba -¡qué boda sin la tía Juana!- Caos y confusión… Menos mal que al que madruga dios le ayuda y Vox ha llegado pronto, lo suficiente para elegir asiento en su primer día de clase. Abascal se ha sentado justo detrás del rey hematófago para tomar nota, seguro, de todo lo que el anélido haga con su ventosa bucal. Algún día tendrá que rendir cuentas nuestro Claudio moderno, tiene de nuevo que el otro parecía necio pero este lo es. Salido de la escuela Rodríguez, graduado cum laude en estulticia, de ideas delirantes, tramposo y perverso. Pero ya habrá tiempo de cantar sus loas en estos cuatro años negros que se nos echan encima como pesados nubarrones de tormenta, además para tales menesteres se encarga el bardo de Vocablo que para eso tiene lira y tabardo.
En medio de tanta vorágine puede que se hayan olvidado que estamos en la recta final de la campaña para las municipales, autonómicas y europeas, gracias por supuesto a la malicia del líder hirudíneo y su veleidoso calendario electoral. Sobrevuela el miedo a otro pucherazo y la desconfianza en el sistema, después del robo de las generales no es para menos, la euforia en la izquierda y cierta desilusión y apatía en el mal llamado centro-derecha. Supongo que el PP de Casado ha logrado recuperar terreno y ahora es de centro porque derecha en España no hay salvo una. Es época de pinchazos, al parecer, también entre la izquierda, Iglesias y Errejón no han sido capaces de llegar a media entrada en sus actos estrella, este último ni siquiera con la abuelita “magdalena” colgada del brazo o pegada al labio. A ver si va a ser que Madrid está cansada ya de tanto bollo, que es ciudad de cocido, plato único sin postre. Además como ahora está de moda cambiar el cuento por eso de la inclusión y el micro-machismo, lo mismo le dan boleto al niño tierno y al vejestorio lento, y eligen para la comunidad a alguien del monasterio. La chica de Vox, claro, no el hermano Gabilondo, el fraile perdió la fe y la tonsura hace años. Eso dice al menos el invertido, de escribir catecismos franquistas a ladrillos de alquimista, he ahí la inversión, de Pablo a Saulo en menos que canta un gallo, al menos San Pedro esperó a la tercera para negar su pasado. El comepiedras filósofo, neandertal esmerado, erre que erre, lo sigue intentando pero Madrid no lo quiere ver ni en pintura. Prefieren esperar turno en Altamira, que también es ciudad de iglesias y curas, de los que siguen creyendo y no venden su alma al diablo a la primera de cambio. Se quedará a las puertas, espero, justicia poética, que Dios castiga y no con palos. Esta vez, después de todo, no hay ley D’Hont que valga.
Como ven se puede recuperar el interés con unas líneas, es cuestión de refrescar el argumento. En unos días saldremos de dudas y como ahora todo gira en torno a Juego de Tronos me permito la indulgencia de mencionar el poblado de Astérix el Galo, aquel que estaba rodeado por el invasor pero resistía gracias a la poción mágica. España ha caído en manos del rey Sanchijuela, pero su voto aún puede salvar su poblado.
Imagen cortesía de Ballesteros