Echo de menos la Naftalina
Es la era del reality, los hay de toda clase, de cocina, de caza y pesca, la normal y la submarina, de mudanzas, reformas, parejas y amor, subastas, coches, costura, forja de espadas, mascotas y bichos gigantes de pantano, a partir de ahí todo lo que puedan imaginar. Como suele pasar lo llevaban advirtiendo durante una década o más, pero nadie hizo mucho caso y ahora, disculpen la reiteración, es una realidad. Como animal social al humano siempre le ha interesado la vida del de al lado, pero estos días parece adicción. Enfermiza y dañina a corto y largo plazo.
La política no es ajena al fenómeno, por supuesto, se gobierna como en la casa de Gran Hermano. Que si uno se lía con otro, que uno dijo y otro dice, que el que dijo se desdice, que si hay edredoning… Para que vean que no es broma el otro día estaba la Milá con el presidente. “Detrás tuya, Pedro” creo que dijo para ubicarle haciendo gala de todo lo aprendido como periodista de élite.
Los políticos hacen campaña rodeados de cámaras y asesores. Mucho asesor para tan poca eficacia. Los imagino hipsters o hámsters como he oído por ahí, gafapastas de floridas y aterciopeladas barbas, estadísticas en mano -tablet más bien-, interpretando las redes sociales. Aconsejando a los candidatos que sean humanos, cercanos como dicen ahora, que se muestren como son, con fallos y bufones. ¿El resultado? Imágenes que se graban a fuego en la retina y el subconsciente, y atormentan el sueño. En la memoria reciente aún colean unas cuantas, espero que no por mucho tiempo. El atlético Iceta con el baile de san Vito fue un bochorno, seguro que es del Barça. Debió sudar la gota gorda bajo los focos, desafiando alguna ley física y metafísica con su festivo bamboleo. Todo por el voto. Colau disfrazada de superheroína -¿o era super Orina?-, con antifaz uno no sabe si era ella o alguna de las suyas, pero con la licra en los tobillos parecía más la villana. Sánchez, no podía ser de otro modo, es el guaperas de Fiebre del Sábado Noche, cimbreando la cintura como odalisca de sultán, tirando de los mejores movimientos aprendidos sin duda en las saunas del suegro, que ha traspasado el negocio porque en Ferraz no quieren chistes al respecto. Una vez más el socialismo es muy pro LGTBQRSTUV y todo lo que sigue, pero a la hora de la verdad se avergüenza de tanta inclusión.
Garzón, por ejemplo, con chupa de la Alemania oriental, la RDA, “cocinando” en Hong Kong con mano en el bolsillo, vitrocerámica dormida y Thermomix de fondo. Una cocina, dos sistemas. Sí, señor, arroz proletario. Asumo que consiguió muchos “likes” en Facebook, de los camaradas en Starbucks. O Iglesias y Montero en el hospital con sus criaturas, alabando al personal, y eso que los querían echar pocos meses antes. Al final es cuestión de tiempo, de madurar. Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras… En la calle, perroflauta, oriflama de la izquierda, azote de la casta, y entre mármol y alabastro, como Ulises con Calipso, pronto se te olvida el mar, te vuelves conservador cuando hay algo que conservar.
Lo de Puidgemont no tiene nombre, huir a Waterloo en el maletero de un coche. En la oscuridad y sin luces, que si las tuviera habría ido directamente a Santa Elena. La última, creo, es Arrimadas y su numerito frente a la casa del prófugo. Dando al traidor mayor relevancia de la exigida, parecía estar la muchacha a las puertas de Mordor. No te preocupes, Inés, que ya están el mago Boadella y el ejército de Tavarnia para esas lides. Claro que si no recuerdo mal el propio Rivera se desnudó para el anuncio de campaña, irónicamente oculto bajo tanta transparencia.
Entiendo que hoy en día la política se hace así, audiovisual, el medio es el mensaje, pero se puede mantener la dignidad, ¿no? Tomen ejemplo de Abascal, montando a caballo con sobriedad, como es él: natural.
Imagen cortesía de CARLOS TEIXIDOR CADENAS - Trabajo propio, Licencia (CC BY-SA 4.0)