De héroes, superhéroes, cebollas y gili...
La historia está ahí y no tiene que gustarnos. Es lo que hicieron otros, el resultado de sus decisiones con mayor o menor acierto, la base sobre la que se ha construido el mundo que conocemos, la llamada civilización.
Injusto me parece juzgar a nuestros ancestros sin apenas perspectiva, desde nuestra atalaya, por lo general próspera y cómoda, viviendo de las rentas. En el mundo clásico se les tenía en cuenta mucho después de muertos, respetados y adorados como deidades menores en Roma, ¿A cuántos habrá inspirado la gesta de Alejandro? Nos llegan los rumores de la historia, hablan de por lo menos uno: César lloró en la tumba del general macedonio, frustrado por la edad que ya se le echaba encima, su escaso currículo y peor fortuna. Entonces sólo podía fantasear con el éxito de Alejandro, no sabía que su nombre también persistiría a lo largo de los siglos. ¿Por qué no hacer una película sobre nuestros Julios y Alejandros? ¿Por qué no contar sus hazañas y que la leyenda inspire a otros? Aquí nos esforzamos en olvidar. Hasta que alguien se acuerda. Me refiero, por supuesto, a la “polémica” sugerencia de Vox a la Academia de Cine de rodar una película sobre el militar español Blas de Lezo para que la gente vuelva al cine. Los números son descarnados, las cifras de recaudación del cine español -con 80 millones de euros en subvenciones al año- son para echarse a llorar. La fórmula no funciona, hay que cambiar algo. Las incursiones históricas del cine español, aparte de centrarse obsesivamente en un período en concreto como la Guerra Civil, no han sido especialmente acertadas. Tal vez porque prefieren pasar la bandera por el barro, traicionar la verdad, tergiversar la historia y arruinar el proyecto; pero el público no quiere acompañarles en su carrera hacia el precipicio. Por eso, aplaudo la sugerencia de Vox y si un director de cine como Borja Corbeaga no quiere perder su órdago a la chica, mejor que no tiente la suerte, no vaya a ser que algún talento sin subvención recoja el guante y le saque los colores. Con buen gusto y sanas intenciones, ‘Blas de Lezo, el héroe de las Indias’ suena a peliculón. En otro orden, no me sorprende la amoralidad que subyace en la respuesta de la izquierda, si que un soldado pierda ojo, brazo y pierna por su país no les parece suficiente motivo para rendirle honores, sea de la época que sea, no sé qué más necesitan. ¿Qué han sacrificado ellos? ¿La experiencia del transporte público, como dijo Iglesias? No se molesten, es retórica.
De las cebollas no me ha dado tiempo a hablar pero como es época de toses la sabiduría popular aconseja dormir con una cerca y como el almirante al final de sus días, abierta en canal. Le aliviará y ayudará a sanar, que si usted se encuentra incómodo, imagine la vida de un mutilado de guerra. Por no tirar la toalla ya merecen trato de héroe, si además salvan la patria…